Escándalo en Países Bajos debido al trabajo poco ético de una clínica de inseminación artificial
Un tribunal holandés va a pronunciarse sobre la exhumación del médico holandés Jan Karbaat, que supuestamente utilizó su esperma para dejar embarazadas a decenas de mujeres sin su consentimiento en la clínica de reproducción asistida que dirigía.
Las pruebas comparativas de ADN realizadas esta semana a los hijos legítimos del médico han confirmado que al menos 18 eran hijos biológicos de Karbaat.
El ADN del médico es necesario para demostrar que decenas de personas nacidas por inseminación artificial son hijos del mismo padre, pero su esposa se ha resistido a exhumar el cuerpo del médico de 89 años, fallecido hace un mes.
Karbaat murió semanas antes del inicio de un juicio, iniciado por un grupo de personas que exigían pruebas de ADN, para confirmar sus sospechas de que el médico era su padre biológico.
A lo largo de cuatro décadas, unas 10.000 personas nacieron en la clínica mediante la inseminación artificial de unas 6.000 mujeres, ahora menores de 40 años.
Decenas de víctimas sospechan que, debido a que los niños se parecían físicamente al médico y por otra serie de coincidencias, Karbaat los inseminó con su propio esperma sin avisarles y superando el límite legal de 25 donantes por persona.
Él siempre ha negado haber hecho “nada malo” durante la actuación y ha afirmado que donó su esperma porque se consideraba “sano e inteligente” y, por tanto, debía dejar un legado para la “humanidad”.
El próximo mes, el tribunal decidirá si exhuma los cuerpos y realiza pruebas, en el caso de que afecte a 25 víctimas.
Su clínica es una de las más grandes del país, ya que no sólo suministraba esperma a los clientes, sino que también lo distribuía a los centros de fecundación de todo el país.
En 2009, la clínica fue cerrada por orden de la Inspección del Ministerio de Sanidad holandés debido a sucesivos escándalos de graves violaciones de la ley y la ética. |